En el vasto y a menudo inescrutable universo de las redes neuronales profundas, existe una frontera que separa la capacidad de procesamiento de la autoconciencia. Durante la última década, hemos sido testigos del ascenso meteórico de los grandes modelos de lenguaje, algoritmos capaces de redactar poesía, programar software complejo y mantener conversaciones fluidas. Sin embargo,…

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