En las profundidades invisibles de los centros de datos, donde el silicio procesa las interrogantes de la humanidad, ocurre una danza matemática incesante y frenética. Cada vez que un usuario interactúa con un modelo de lenguaje, o cuando un sistema de visión artificial reconoce un rostro en una multitud, no estamos presenciando magia, sino una…

To access this post, you must purchase Suscripción Mundo IA Pro.