La memoria humana es una estructura paradójica. Valoramos nuestra capacidad de recordar rostros, fechas y emociones, pero a menudo subestimamos la función biológica vital que representa el olvido. Sin la capacidad de descartar lo irrelevante, lo traumático o lo incorrecto, nuestra psique colapsaría bajo el peso de un ruido cognitivo insoportable. En el vertiginoso mundo…

