El acto de prescribir un medicamento constituye, en su esencia más pura, una transacción de confianza fundamentada en la bioquímica. Un médico evalúa un síntoma, diagnostica una dolencia y garabatea o teclea, en los tiempos modernos una orden que tiene el potencial de curar, pero que alberga en su reverso la capacidad latente de dañar….

