Suscríbete a MUNDO IA

Por qué tu cerebro necesita «salir» del lenguaje para poder comprenderlo

Generated Image November 28, 2025 - 8_53PM

Por qué tu cerebro necesita «salir» del lenguaje para poder comprenderlo

El acto de leer estas líneas parece, en apariencia, un proceso unitario e inmediato. Sus ojos recorren los símbolos, su mente decodifica las palabras y, casi por arte de magia, una idea se instala en su consciencia. Sin embargo, esta simplicidad es una ilusión cognitiva, un truco de prestidigitación evolutiva que oculta una maquinaria biológica de una complejidad abrumadora. Durante décadas, la neurociencia y la lingüística han debatido encarnizadamente sobre dónde reside la verdadera comprensión. ¿Está en la gramática? ¿En el vocabulario? ¿O acaso el lenguaje es simplemente un mapa, un código de instrucciones, que necesita de otros territorios cerebrales para cobrar vida?

Un nuevo y trascendental trabajo académico, titulado What Does It Mean to Understand Language? (¿Qué significa comprender el lenguaje?), firmado por un equipo de élite conformado por Colton Casto, Evelina Fedorenko, Anna Ivanova y Nancy Kanwisher, pertenecientes a instituciones de la talla del Instituto Kempner de Harvard, el MIT y el Instituto de Tecnología de Georgia, ha llegado para redefinir los cimientos de nuestra concepción sobre la mente humana y, por extensión, sobre la inteligencia artificial. La premisa central que estos investigadores plantean es tan provocadora como elegante: procesar el lenguaje y comprenderlo son dos operaciones neurológicamente distintas. El sistema de lenguaje del cerebro, esa red neuronal especializada que nos permite hablar y estructurar oraciones, tiene un límite funcional fundamental. Para alcanzar una comprensión profunda, lo que denominamos "entender", este sistema debe obligatoriamente exportar la información lingüística a otras regiones cerebrales encargadas de la percepción, la motricidad, la memoria y el razonamiento lógico.

Esta distinción no es meramente académica; posee implicaciones profundas para el desarrollo de las inteligencias artificiales generativas que hoy dominan la conversación tecnológica. Si aceptamos la hipótesis de Casto y sus colegas, los grandes modelos de lenguaje actuales podrían ser virtuosos en la manipulación del código lingüístico, pero carecerían de los puertos de conexión necesarios para exportar esos símbolos a un modelo de mundo coherente, quedándose así en una superficie brillante pero vacía. A lo largo de este análisis, desglosaremos cómo la neurociencia contemporánea está dibujando un nuevo mapa de la cognición, uno donde el lenguaje no es el destino final del pensamiento, sino apenas el vehículo que nos transporta hacia la construcción de la realidad mental.

El espejismo de la superficie lingüística

Para adentrarnos en la tesis de los investigadores, es imperativo desmontar la creencia popular de que el lenguaje y el pensamiento son sinónimos indivisibles. La evidencia neurocientífica acumulada, revisada meticulosamente en el documento, sugiere que el cerebro humano dispone de un conjunto de regiones altamente especializadas, ubicadas predominantemente en el lóbulo frontal y temporal izquierdo, que se activan selectivamente ante estímulos lingüísticos. Este "sistema central de lenguaje" es un prodigio de la evolución: responde a las palabras, a la sintaxis y a la estructura oracional con una eficiencia metabólica asombrosa. No obstante, su competencia tiene fronteras rígidas.

Figura 1: El perfil competencial del sistema de lenguaje humano. Obsérvese la alta eficacia en estructura sintáctica frente a la baja capacidad de razonamiento lógico autónomo.

Este circuito neuronal es experto en establecer dependencias locales, en predecir qué palabra sigue a otra y en mantener la coherencia gramatical. Podríamos compararlo con un bibliotecario que conoce la ubicación exacta de cada libro y las reglas de catalogación, pero que no necesariamente ha leído o asimilado el contenido de los volúmenes. El estudio señala que el procesamiento dentro de este sistema central se limita a extraer el significado superficial de la entrada lingüística. Es una decodificación formal, necesaria pero insuficiente. La verdadera alquimia cognitiva, aquella que transforma una secuencia de fonemas en una vivencia interna, requiere que esos datos abandonen su nido original y viajen hacia otras cortezas cerebrales.

La noción de "significado superficial" es crucial aquí. Nos referimos a la capacidad de reconocer que "el gato está sobre la alfombra" es una oración válida y semánticamente coherente. Sin embargo, para visualizar al felino, sentir la textura de la tela o recordar una experiencia propia con una mascota, el cerebro debe activar recursos que no pertenecen al sistema de lenguaje. La propuesta de Fedorenko, Kanwisher y su equipo es que la comprensión profunda es un fenómeno de integración, no de aislamiento. El lenguaje actúa como un disparador, una señal de control que orquesta la actividad en sistemas cognitivos dispares, obligándolos a trabajar en concierto para construir una simulación mental de lo que se está comunicando.

La exportación como mecanismo de entendimiento

El núcleo gravitacional del paper reside en el concepto de "exportación". Los autores argumentan que, dado que el procesamiento intrínseco del sistema de lenguaje es limitado, la mente debe transferir la información decodificada hacia sistemas neurobiológicos encargados de construir modelos mentales, almacenar conocimiento del mundo y procesar experiencias sensoriales y motoras. Sin esta transferencia, el lenguaje permanecería como un sistema cerrado de símbolos que se refieren a otros símbolos, un bucle autorreferencial sin anclaje en la realidad física o conceptual.

Entrada Lingüística Texto o Voz
Sistema Central de Lenguaje Decodificación Sintáctica y Superficial
Mecanismo de Exportación
Modelos Mentales Narrativa y Situación
Cortezas Sensoriales Simulación Física
Memoria Semántica Conocimiento e Historia
Figura 2: Visualización del flujo de exportación propuesto por los autores para lograr la comprensión profunda.

Este proceso de exportación explica por qué podemos leer un párrafo técnico sobre mecánica cuántica, reconocer cada palabra y entender la gramática, y aun así no "comprender" absolutamente nada del concepto subyacente. En ese escenario de incomprensión, nuestro sistema de lenguaje ha hecho su trabajo: ha decodificado la superficie. El fallo se produce en la exportación: no tenemos en nuestras otras redes neuronales, las encargadas del razonamiento espacial, la lógica causal o la visualización, los esquemas necesarios para recibir y estructurar esa información. La comprensión, por tanto, no es un estado binario, sino un gradiente que depende del éxito de esta transferencia de datos entre módulos cerebrales.

La hipótesis de la exportación también arroja luz sobre la naturaleza de la comunicación humana. Cuando conversamos, no estamos simplemente intercambiando paquetes de datos léxicos. Estamos enviando instrucciones para que el cerebro del interlocutor construya, utilizando sus propios recursos perceptuales y memorísticos, una réplica del modelo mental que nosotros poseemos. Si el receptor carece de las "piezas" necesarias en sus almacenes de memoria o en sus sistemas de simulación sensorial, la instrucción falla. La comprensión es, en última instancia, un acto de reconstrucción colaborativa donde el lenguaje es solo el plano arquitectónico, no el edificio mismo.

La construcción de modelos mentales

Uno de los destinos principales de esta información exportada es la red encargada de la generación de modelos de situación o modelos mentales. Este constructo teórico, ampliamente validado por la psicología cognitiva, se refiere a la representación interna, dinámica y multidimensional de la situación que el lenguaje describe. Al leer una novela, no memorizamos la secuencia de oraciones; construimos un escenario mental donde los personajes se mueven, el tiempo transcurre y las causas tienen efectos.

Los investigadores destacan que esta construcción recluta áreas del cerebro que están disociadas del sistema de lenguaje. Zonas como la red de modo predeterminado (Default Mode Network), vinculada a la imaginación episódica y la teoría de la mente, juegan un papel preponderante. Es aquí donde se teje la narrativa interna. Si el texto menciona que "Juan entró a la cocina y abrió la nevera", nuestro sistema de lenguaje procesa los verbos y sustantivos, pero es la red de modelos mentales la que actualiza la posición espacial de Juan y genera la expectativa de que encontrará comida.

Esta separación de funciones es vital para entender patologías y fenómenos cotidianos. Pacientes con afasia, que han sufrido daños severos en el sistema de lenguaje, a menudo conservan intacta su capacidad para razonar sobre el mundo, comprender intenciones y manejar modelos mentales complejos, aunque no puedan verbalizarlos. Inversamente, existen trastornos donde el lenguaje fluido se mantiene, la llamada "afasia fluente", pero el discurso carece de contenido lógico o conexión con la realidad, evidenciando una desconexión entre la maquinaria lingüística y los generadores de modelos mentales. La comprensión profunda requiere que el andamiaje lingüístico se retire una vez que el edificio conceptual se ha erigido.

Anclaje en la percepción y la acción

Otro pilar fundamental abordado por Casto y sus coautores es el papel de los sistemas sensoriomotores en la comprensión semántica. Durante años, la teoría de la "cognición corporizada" (embodied cognition) ha sugerido que entender conceptos relacionados con acciones físicas involucra la simulación de dichas acciones en el cerebro. Al leer la palabra "patear", se activan sutilmente áreas de la corteza motora que controlan las piernas; al leer "canela", se estimulan áreas olfativas secundarias.

El artículo revisa esta evidencia bajo la lente de la hipótesis de la exportación. El sistema de lenguaje, al identificar términos con contenido sensorial o motor, remite esta información a las cortezas correspondientes para "rellenar" el significado con experiencia fenomenológica. Sin este anclaje (grounding), las palabras serían etiquetas abstractas. La diferencia entre saber la definición de "dolor" y comprender lo que significa sentir dolor radica en esta conexión con los sistemas somatosensoriales.

Sin embargo, los autores matizan esta visión con una precisión científica encomiable. No toda comprensión requiere una simulación sensoriomotora completa y detallada en tiempo real, lo cual sería cognitivamente costoso y lento. Más bien, el cerebro parece utilizar estas regiones de manera flexible y según la demanda. Para una comprensión superficial o rápida, el sistema de lenguaje puede bastar con referencias simbólicas; para una comprensión profunda, inmersiva y empática, la exportación a los sistemas perceptuales se vuelve obligatoria. Es la diferencia entre leer una receta de cocina y evocar mentalmente el sabor del plato terminado.

El rol de la memoria y el conocimiento enciclopédico

Ningún texto se explica a sí mismo por completo. La comprensión es un proceso inferencial que depende masivamente de lo que ya sabemos. Aquí entra en juego otro destino crítico de la exportación lingüística: los sistemas de memoria semántica y autobiográfica. El paper subraya que para entender el lenguaje, debemos integrar la entrada actual con nuestro vasto almacén de conocimiento sobre el mundo.

Figura 3: Mapa de la "Cognición Extendida". El tamaño de las burbujas representa la carga cognitiva necesaria de sistemas externos para lograr una comprensión rica y matizada.

Esta integración ocurre fuera del sistema de lenguaje central. Regiones del lóbulo temporal anterior y estructuras hipocampales son reclutadas para acceder al contexto necesario. Si leemos "El Titanic zarpó", la comprensión profunda implica acceder a la historia del barco, su destino trágico y su significado cultural. Nada de eso está explícito en la sintaxis de la oración. El sistema de lenguaje entrega el sujeto "Titanic" y el predicado "zarpó", pero es la memoria semántica la que aporta la riqueza del significado.

Los investigadores argumentan que esta dependencia del conocimiento previo es lo que hace que la comprensión sea tan variable entre individuos. Dos personas pueden poseer una competencia lingüística idéntica, pero si sus bases de conocimiento divergen, la comprensión resultante del mismo texto será radicalmente distinta. El lenguaje es el índice de búsqueda; la memoria es la biblioteca. La "comprensión" es el acto de encontrar el libro correcto y abrirlo. Este enfoque neurocognitivo desafía las visiones que tratan la comprensión lectora como una habilidad aislada, sugiriendo en su lugar que es inseparable de la cultura general y la experiencia vital del sujeto.

La inteligencia artificial ante el espejo de la neurociencia

Es imposible leer este trabajo sin mirar de reojo a los avances en inteligencia artificial, y los autores no esquivan esta conexión. De hecho, el marco teórico que proponen ofrece una herramienta diagnóstica poderosa para evaluar a los Grandes Modelos de Lenguaje (LLMs) como GPT-4 o Claude. Estos sistemas han demostrado una fluidez asombrosa, dominando la sintaxis y la estructura del discurso a niveles sobrehumanos. Pero, ¿comprenden?

Bajo la hipótesis de la exportación, la respuesta es matizada y reveladora. Los LLMs actuales funcionan, en gran medida, como un sistema de lenguaje hipertrofiado y perfecto. Son excelentes en el procesamiento estadístico de las relaciones entre palabras, emulando la función del "sistema central de lenguaje" humano. Sin embargo, carecen, en sus arquitecturas nativas, de los sistemas externos a los que el cerebro humano exporta la información. No tienen un cuerpo para anclar conceptos motores, no tienen ojos para la visión, ni una biografía episódica real.

Figura 4: Comparativa funcional. Mientras la IA actual iguala o supera al humano en fluidez sintáctica, muestra brechas significativas en consistencia lógica a largo plazo y anclaje físico.

No obstante, el artículo sugiere un camino a seguir. Si queremos que las IAs alcancen una comprensión equiparable a la humana, debemos movernos hacia arquitecturas modulares que imiten esta división del trabajo cerebral. Necesitamos sistemas que no solo predigan la siguiente palabra, sino que "exporten" esas palabras a módulos de simulación física, a bases de datos de conocimiento estructurado y a motores de razonamiento lógico independientes. La tendencia actual hacia sistemas "multimodales" y el uso de herramientas externas por parte de las IAs parece alinearse intuitivamente con esta propuesta biológica. La "comprensión" en la máquina no emergerá de hacer modelos de lenguaje más grandes, sino de conectarlos a sistemas que no son de lenguaje.

Sintaxis vs. Semántica: Una frontera biológica

El documento profundiza en la disociación entre las habilidades combinatorias (sintaxis) y el contenido referencial (semántica profunda). En el cerebro humano, estas capacidades, aunque interactúan, pueden operar con sorprendente independencia. Los experimentos de resonancia magnética funcional (fMRI) citados por el equipo muestran que el sistema de lenguaje responde vigorosamente a oraciones gramaticalmente complejas, incluso si carecen de sentido lógico (como las famosas "ideas verdes incoloras duermen furiosamente" de Chomsky). Esto confirma que su prioridad es la estructura.

Por el contrario, cuando se pide a los sujetos que extraigan el significado global de una narrativa o que juzguen la veracidad de una afirmación basándose en su conocimiento del mundo, la actividad se desplaza hacia regiones adyacentes pero distintas. Esta segregación funcional es la evidencia física de que la evolución optó por una estrategia de "divide y vencerás". Tener un procesador sintáctico rápido y automático libera recursos para que otras áreas más lentas y reflexivas se ocupen de la construcción de significado complejo.

Esta arquitectura biológica nos enseña que la "forma" y el "fondo" no son solo conceptos literarios, sino realidades neurobiológicas separadas. El estilo, el ritmo y la gramática se gestionan en una oficina del cerebro; la verdad, la lógica y la imagen visual, en otras. La comprensión es la reunión ejecutiva donde todos estos departamentos presentan sus informes.

Hacia una nueva ciencia de la comprensión

La propuesta de Casto, Fedorenko, Ivanova y Kanwisher no es solo un resumen de hallazgos; es un manifiesto metodológico. Argumentan que la neurociencia cognitiva ha alcanzado la madurez suficiente, tanto conceptual como técnica, para dejar de preguntarse simplemente "dónde" se procesa el lenguaje y empezar a investigar "cómo" interactúa el lenguaje con el resto de la mente. Proponen nuevos paradigmas experimentales que obliguen a los investigadores a rastrear el flujo de información desde las áreas lingüísticas hacia las áreas de dominio general.

Este enfoque requiere ir más allá de los estudios tradicionales que usan palabras aisladas u oraciones simples. Para observar la "exportación" en acción, es necesario utilizar estímulos naturalistas: historias largas, diálogos complejos, narrativas audiovisuales. Es en la riqueza del discurso extendido donde la necesidad de construir modelos mentales se hace patente y donde el cerebro revela sus mecanismos de integración más sofisticados.

El desafío es inmenso. Mapear las transferencias de información en tiempo real entre redes neuronales dinámicas es una de las fronteras más ambiciosas de la ciencia actual. Sin embargo, el marco teórico presentado en este paper ofrece una brújula indispensable. Nos dice qué buscar: no la activación estática de una zona, sino la comunicación transitoria y dirigida entre sistemas especializados.

La fragilidad y la maravilla del entender

Al concluir la lectura de What Does It Mean to Understand Language?, uno no puede evitar una sensación de asombro ante la precariedad del entendimiento humano. Que logremos comunicarnos es, en cierto modo, un milagro estadístico. Dependemos de que nuestro sistema de lenguaje decodifique correctamente, de que nuestros mecanismos de exportación funcionen sin fricción y de que nuestros interlocutores compartan suficientes modelos de mundo y experiencias sensoriales para que la reconstrucción sea fiel.

Este trabajo nos aleja de una visión simplista del cerebro como una computadora que procesa datos de manera lineal. Nos presenta, en cambio, una mente orquestal, modular y colaborativa. El lenguaje es el director que levanta la batuta, pero la música la interpretan las secciones de cuerdas de la memoria, los vientos de la percepción y la percusión de la motricidad.

La relevancia social y tecnológica de este cambio de paradigma es incalculable. En la educación, nos invita a pensar en la comprensión lectora no solo como una práctica de vocabulario, sino como el enriquecimiento de los modelos del mundo del estudiante. En la medicina, ofrece nuevas vías para rehabilitar a pacientes con daño cerebral, enfocándose quizás en rutas alternativas de acceso al significado. Y en el vertiginoso campo de la inteligencia artificial, nos advierte que la verdadera inteligencia no reside en la capacidad de hablar incesantemente, sino en la capacidad de callar y consultar con el mundo, o con un modelo de él, para verificar si lo que se dice tiene sentido.

Comprender, nos dicen desde Harvard y el MIT, es mucho más que saber hablar. Comprender es salir del lenguaje para tocar la realidad. Es un viaje de ida y vuelta constante entre el símbolo y la experiencia, un puente que nuestro cerebro cruza milisegundo a milisegundo para que no estemos solos, atrapados en una prisión de palabras vacías, sino conectados con un universo de significados compartidos.

Referencias

  • Casto, C., Fedorenko, E., Ivanova, A., & Kanwisher, N. (2025). What Does It Mean to Understand Language? arXiv preprint arXiv:2511.19757.
  • AlKhamissi, B., Nicoló De Sabbata, C., Chen, Z., Schrimpf, M., & Bosselut, A. (2025). Mixture of Cognitive Reasoners: Modular Reasoning with Brain-Like Specialization. arXiv.
  • AlKhamissi, B., Tuckute, G., Bosselut, A., & Schrimpf, M. (2024). The LLM Language Network: A Neuroscientific Approach for Identifying Causally Task-Relevant Units. Proceedings of the 2025 Conference of the North American Chapter of the Association for Computational Linguistics (NAACL).
  • Hanna, M., Belinkov, Y., & Pezzelle, S. (2025). Are Formal and Functional Linguistic Mechanisms Dissociated in Language Models? Computational Linguistics.
  • Jamaa, Y., Badr, Alkhamissi, Gosh, S., & Schrimpf, M. (2025). Evaluating Contrast Localizer for Identifying Causal Units in Social Mathematical Tasks in Language Models. 2025 Conference on Language Modeling (COLM).
  • Poldrack, R.A. (2011). Inferring mental states from neuroimaging data: from reverse inference to large-scale decoding. Neuron, 72(5).
  • Braga, R.M., DiNicola, L.M., Becker, H.C., & Buckner, R.L. (2020). Situating the left-lateralized language network in the broader organization of multiple demand regions. Journal of Neurophysiology.
  • Publicaciones Recientes

    Google_AI_Studio_2025-12-08T04_16_04.949Z

    El auge de los centros de datos y su impacto en la economía real

    <p>El nuevo sistema nervioso del planeta: una fiebre del hormigón y silicio reescribe la economía global Mientras los
    Leer Más

    Para estar informado, Ingresá o Creá tu cuenta en MundoIA...

    Entrar

    Recordá revisar la carpeta de "no deseados", el correo puede llegar allí