Existe una paradoja curiosa en el corazón de la infraestructura digital gubernamental estadounidense: los sistemas que procesan billones de dólares en transacciones, gestionan secretos de seguridad nacional y mantienen registros de millones de ciudadanos operan sobre tecnología mainframe que muchos profesionales menores de treinta años nunca han visto.
Mientras Silicon Valley discute modelos de lenguaje con trillones de parámetros y computación cuántica, agencias federales luchan con una pregunta más fundamental: cómo modernizar plataformas críticas de misión sin desmantelar la infraestructura que mantiene funcionando al gobierno. El Instituto para Tecnología de Infraestructura Crítica, un think tank sin fines de lucro dedicado a la seguridad de infraestructuras esenciales, acaba de publicar un informe revelador tras una conferencia celebrada en abril de 2025 que reunió a figuras distinguidas de los sectores público y privado enfocados en defensa.
El documento, patrocinado por Rocket Software y MFGS, articula el desafío con claridad inquietante: la tecnología no es el problema, sino cómo hacemos las cosas.
El informe surge en un momento crítico. Las agencias federales estadounidenses enfrentan presión intensificada para modernizar sistemas heredados, satisfacer expectativas ciudadanas en constante evolución y gestionar costos operativos crecientes, todo mientras navegan una escasez crítica de experiencia en mainframes y la complejidad de mover datos de misión crítica a través de plataformas diversas.
Michael McCabe, director de datos e inteligencia artificial de la Oficina del Subsecretario de Inteligencia y Seguridad del Departamento de Defensa, expresó la tensión central durante las discusiones: muchas agencias se encuentran digitalizando procesos analógicos, un primer paso esencial pero insuficiente a menos que pavimente el camino hacia algo más rápido, más ágil y genuinamente valioso.
La relevancia del análisis trasciende fronteras. Si Estados Unidos, con presupuestos tecnológicos que superan el PIB de naciones enteras, enfrenta estos dilemas estructurales, las lecciones contenidas en este documento ofrecen valor estratégico para cualquier gobierno que contemple modernización de infraestructura crítica. El informe no solo diagnostica problemas sino que propone marcos conceptuales y pasos prácticos basados en experiencia acumulada de décadas operando sistemas de misión crítica a escala masiva.
Resiliencia para ambientes negados y modelos compactos
Una de las contribuciones más significativas del informe radica en su énfasis sobre resiliencia en entornos adversos. McCabe advirtió que la dependencia de infraestructura cloud centralizada puede resultar insostenible en conflictos futuros. La resiliencia debe extenderse hacia ambientes negados, escenarios donde la conectividad con centros de datos remotos se interrumpe deliberadamente o colapsa bajo ataque. Las agencias deben arquitecturar sistemas localmente robustos, desplegados hacia adelante y capaces de operación autónoma incluso cuando se desconectan de redes globales.
Esta preocupación no es abstracta. En contextos militares, operaciones en teatros contestados pueden privar a unidades desplegadas de acceso confiable a recursos cloud. Los sistemas deben funcionar con autonomía táctica mientras mantienen capacidad de sincronización cuando la conectividad se restaura. Esta arquitectura híbrida reduce puntos únicos de falla y garantiza continuidad operacional incluso en crisis severas.
Doug Johnson, vicepresidente de gestión de productos en Rocket Software, destacó otra dimensión crítica: dimensionar apropiadamente la inteligencia artificial. Modelos más pequeños portables en CPU son cada vez más prácticos para satélites, sistemas de campo y cargas de trabajo mainframe donde las GPU no están disponibles. Se obtienen más insights con menos datos, a menor costo y con latencia reducida. Esta economía de eficiencia resulta especialmente importante para operaciones de misión crítica donde el ancho de banda está restringido o donde el poder de cómputo debe optimizarse para múltiples tareas simultáneas.
El enfoque híbrido emerge como necesidad estratégica, no como opción conveniente. Aprovechar la nube donde sea posible pero asegurar que sistemas críticos sean lo suficientemente resilientes para operar independientemente cuando las circunstancias lo exigen. Esta flexibilidad arquitectónica permite a las agencias beneficiarse de la escala y eficiencia cloud sin crear dependencias que se vuelvan vulnerabilidades en escenarios adversos.
Kevin Hansen, director de tecnología en MFGS, añadió otra capa de complejidad: la inteligencia artificial habilita análisis de métricas basadas en desempeño. En lugar de reportar después del hecho, las agencias pueden usar datos operacionales para predecir resultados, anticipar disrupciones y responder proactivamente. Esta capacidad predictiva permite a las organizaciones moverse desde cumplimiento reactivo hacia aseguramiento proactivo de misión, transformando la gestión de infraestructura de ejercicio retrospectivo en práctica de optimización continua.
La urgencia de la explicabilidad y la auditoría algorítmica
La modernización no se trata únicamente de eficiencia, también exige confianza. McCabe subrayó la importancia de inteligencia artificial explicable en operaciones de inteligencia. Los modelos de caja negra son inaceptables cuando las decisiones deben ser trazables, validadas y defendibles. En sus palabras, «queremos que el modelo de lenguaje grande pueda regresar y explicar qué hizo la máquina y por qué lo hizo». Esta transparencia no es mero requisito técnico sino imperativo operacional en contextos donde errores algorítmicos pueden tener consecuencias geopolíticas.
Las decisiones automatizadas deben alinearse con políticas establecidas, marcos regulatorios y estándares éticos. Las agencias deben construir supervisión dentro de la gobernanza de inteligencia artificial, asegurando que los modelos no solo sean precisos sino también auditables. El riesgo de seguridad y cumplimiento en un futuro impulsado por IA no puede subestimarse. Hansen notó que las métricas basadas en desempeño dan a los líderes mejores herramientas para evaluar si los sistemas realmente cumplen sus promesas antes de que los problemas escalen hacia fallas de misión.
Durante discusiones de trabajo lideradas por John Crossno de Rocket Software, los participantes fueron guiados hacia primeros pasos prácticos: comprender la arquitectura del sistema, identificar componentes críticos de misión, construir resiliencia. El mensaje fue claro: comenzar pequeño y mejorar incrementalmente. Los entornos híbridos, las brechas de visibilidad y los desafíos de orquestación persistirán, pero pueden mitigarse mediante modernización iterativa guiada por prioridades de misión claras.
El informe enfatiza que las agencias deben anclar iniciativas de modernización en resultados de misión, no en reemplazo tecnológico por sí mismo. Construir sobre inversiones existentes para agilizar operaciones, reducir costos y sostener continuidad mientras se acelera la innovación. Enfocarse en pasos prácticos que muevan la transformación hacia adelante sin disrupción que comprometa operaciones críticas en curso.
Escasez de talento y resistencia cultural
Un tema recurrente a lo largo de las discusiones fue el factor humano, dimensión donde los desafíos técnicos se entrelazan con realidades organizacionales. Las agencias federales enfrentan una reserva menguante de expertos en mainframes y sistemas legacy precisamente en el momento en que estos sistemas permanecen centrales para operaciones de misión. Atraer y retener nuevo talento resulta difícil cuando profesionales más jóvenes están más familiarizados con arquitecturas cloud nativas modernas. Capacitación, actualización de habilidades y transferencia de conocimiento son prioridades urgentes que las agencias no pueden posponer sin consecuencias operacionales graves.
Los panelistas enfatizaron que la cultura puede ser tanto barrera como la tecnología. Muchas organizaciones resisten el cambio porque los flujos de trabajo existentes se sienten familiares, incluso cuando son ineficientes. Los líderes deben impulsar activamente la transformación cultural, fomentando colaboración entre equipos de ciberseguridad, propietarios de misión y personal de tecnología para asegurar que los esfuerzos de modernización se consoliden institucionalmente.
Rocket Software, con décadas de experiencia en mainframes, apoya a las agencias estadounidenses en cerrar brechas de habilidades, proporcionando herramientas que hacen los sistemas críticos de misión más accesibles para desarrolladores modernos mientras mantienen resiliencia operacional. La inversión en herramientas, capacitación y socios confiables que aumenten recursos limitados, cierren la brecha de habilidades y ayuden a los equipos existentes a hacer más con menos es fundamental para asegurar que la experiencia crítica de misión permanezca resiliente a largo plazo.
Los costos ocultos de posponer la modernización se acumulan silenciosamente: escasez de talento que encarece el mantenimiento, tiempo de inactividad que interrumpe servicios críticos, riesgos de seguridad que crecen con sistemas sin parches, gastos de mantenimiento que consumen presupuestos que podrían invertirse en innovación.
El informe documenta que el diecisiete por ciento de casos de uso de IA gubernamental se concentran en cumplimiento regulatorio, el veintitrés por ciento en eficiencia operacional, el veinte por ciento en detección de fraude, el veintiuno por ciento en ciberseguridad y el diecinueve por ciento en servicios ciudadanos. Esta distribución revela que las agencias buscan automatizar funciones de alto volumen y alto riesgo donde errores humanos o procesamiento lento generan costos sustanciales.
Cada año de demora magnifica estas cargas, transformando la modernización de elección estratégica en necesidad existencial. El informe presenta datos comparativos mostrando que la modernización reactiva, impulsada por crisis, alcanza puntajes de efectividad de cuarenta sobre cien, mientras que la modernización lista para misión, alineada estratégicamente, alcanza setenta sobre cien. La diferencia no es marginal sino estructural, reflejando que la planificación proactiva produce resultados sustancialmente superiores a respuestas improvisadas bajo presión.
Lecciones traducibles del sector privado
El sector privado ha sido pionero en prácticas que el gobierno puede adaptar. DevSecOps, integración continua y pruebas automatizadas ofrecen caminos probados hacia modernización a velocidad y escala. Al incorporar seguridad directamente en el pipeline de desarrollo, las agencias pueden reducir vulnerabilidades y desplegar capacidades más rápido con menos recursos.
Los panelistas destacaron que el gobierno no necesita reinventar la rueda. En cambio, puede traducir éxitos del sector privado en playbooks accionables, adaptándolos a los requisitos únicos de defensa, inteligencia y misiones civiles. La clave es adaptación, no adopción total: aprender de lo que funciona mientras se salvaguardan imperativos de seguridad nacional que diferencian operaciones gubernamentales de comerciales.
La adopción híbrida de nube, DevSecOps e integración de inteligencia artificial del sector privado puede priorizarse para progreso incremental que mejore agilidad y seguridad mientras protege sistemas críticos de misión del riesgo y la disrupción. Las mejores prácticas comerciales no siempre se transfieren directamente a contextos gubernamentales donde las restricciones de seguridad, los requisitos de cumplimiento y la permanencia institucional crean dinámicas distintas. Sin embargo, los principios subyacentes de automatización, transparencia y mejora iterativa son universalmente aplicables con ajustes contextuales apropiados.
El informe también enfatizó la dimensión crítica de la confianza ciudadana. Los servicios modernos no solo deben ser seguros y eficientes, también deben ser transparentes y confiables para construir confianza entre las poblaciones a las que sirven. Los ciudadanos esperan cada vez más que las interacciones digitales gubernamentales reflejen la fluidez de plataformas comerciales. El fracaso en entregar socava la confianza pública y erosiona la fe en las instituciones precisamente cuando adversarios buscan explotar esa debilidad.
Roadmap hacia una transformación sostenible
El informe del Instituto para Tecnología de Infraestructura Crítica, fundamentado en insights de la conferencia de abril 2025 y enriquecido por la experiencia de líderes gubernamentales e industriales, ofrece tanto cautela como optimismo. Los desafíos son desalentadores: sistemas legacy profundamente arraigados, escasez de talento especializado, restricciones presupuestarias, resistencia cultural al cambio. Pero con inteligencia artificial explicable y eficiente, automatización bien diseñada y compromiso genuino con el cambio cultural, las agencias federales pueden lograr verdadera modernización lista para la misión.
Las conclusiones clave del documento son claras y accionables. Las agencias deben transformar procesos y mentalidades, no solo actualizar herramientas. La inteligencia artificial debe ser explicable y eficiente. Las decisiones de misión demandan transparencia, auditabilidad y desempeño en entornos restringidos. La resiliencia en el borde es crítica. Los enfoques híbridos aseguran continuidad incluso cuando la conectividad cloud se interrumpe. La fuerza laboral es el eje. La actualización de habilidades, la transferencia de conocimiento y el cambio cultural son tan urgentes como las nuevas tecnologías.
Las asociaciones confiables aceleran el éxito. Rocket Software y MFGS entregan soluciones de modernización que balancean el valor del mainframe, la agilidad de datos y la preparación para inteligencia artificial. El camino hacia adelante requiere trazar roadmaps de modernización que preserven valor de sistemas centrales mientras abrazan nuevas tecnologías como cloud e inteligencia artificial.
El informe subraya que modernización no es meramente una actualización tecnológica, es un cambio cultural y operacional. Las agencias deben remodelar intencionalmente los procesos para priorizar resiliencia de misión, abrazar inteligencia artificial que sea explicable y eficiente, y empoderar arquitecturas capaces de autonomía en el campo cuando las circunstancias lo exigen.
Los sistemas deben estar alineados con la misión, ser digitalmente ágiles y operacionalmente resilientes. La inversión en la fuerza laboral para superar escaseces de habilidades es fundamental. Traducir modelos probados del sector privado a contextos gubernamentales. Sobre todo, asegurar que los esfuerzos de modernización permanezcan enfocados con precisión láser en habilitar la misión, no en adoptar tecnología por su novedad intrínseca.
Perspectivas desde Argentina: traduciendo lecciones al contexto local
El informe estadounidense ofrece un espejo revelador para Argentina, país que enfrenta desafíos estructuralmente similares pero magnificados por restricciones adicionales. Organismos como AFIP, ANSES y Renaper operan sobre infraestructuras heredadas de décadas anteriores, procesando millones de transacciones diarias sobre sistemas mainframe cuya modernización representa desafío técnico, presupuestario y político simultáneamente.
Las lecciones sobre resiliencia híbrida cobran dimensión particular en Argentina. La volatilidad cambiaria transforma contratos cloud denominados en dólares en cargas presupuestarias insostenibles de un trimestre a otro. La dependencia excesiva de infraestructura cloud centralizada no solo representa riesgo técnico sino también vulnerabilidad económica estratégica. Los enfoques híbridos que el informe estadounidense recomienda por razones de seguridad nacional adquieren en Argentina justificación adicional de soberanía económica.
La escasez de talento especializado que preocupa al Departamento de Defensa estadounidense se magnifica exponencialmente en contextos latinoamericanos. Argentina no solo enfrenta reserva menguante de expertos en sistemas legacy, sino también fuga de cerebros perpetua hacia mercados que pagan en monedas fuertes.
El sector público argentino no puede competir salarialmente con multinacionales tecnológicas que operan localmente o que contratan remotamente. Capacitación y transferencia de conocimiento, prioridades urgentes en Estados Unidos, se vuelven imperativas existenciales en Argentina donde cada profesional capacitado con fondos públicos que emigra representa inversión perdida.
La insistencia del informe sobre inteligencia artificial explicable resuena profundamente en contextos donde la desconfianza institucional constituye desafío estructural. Argentina tiene historia de crisis institucionales recurrentes que erosionan capital político y confianza ciudadana. Implementar sistemas automatizados de caja negra en esta atmósfera de escepticismo resultaría contraproducente. La transparencia algorítmica no es solo requisito técnico sino imperativo democrático en sociedades donde cada escándalo tecnológico alimenta narrativas de incompetencia estatal que corroen legitimidad institucional.
Los ciclos políticos cortos característicos de democracias latinoamericanas complican planificación de largo plazo que la modernización requiere. Cada cambio de administración trae nuevas prioridades que frecuentemente descontinúan proyectos previos. Esta volatilidad institucional desincentiva inversiones profundas en modernización, creando círculo vicioso donde sistemas obsoletos persisten porque nadie quiere asumir riesgo político de transformaciones que podrían no mostrar resultados dentro del mandato actual. El consejo del informe sobre comenzar pequeño y mejorar incrementalmente cobra valor estratégico en contextos donde proyectos tecnológicos estatales frecuentemente sufren de síndrome de elefante blanco.
La geografía extensa y conectividad desigual de Argentina añaden otra capa de complejidad. Mientras el informe estadounidense contempla resiliencia en teatros militares contestados, Argentina debe considerar provincias donde la conectividad a internet sigue siendo intermitente o costosa. Los enfoques híbridos son esenciales no solo para escenarios de conflicto sino para garantizar que servicios críticos funcionen en todo el territorio nacional independientemente de infraestructura de telecomunicaciones variable.
El énfasis del informe sobre asociaciones con proveedores confiables plantea interrogante particular para Argentina: ¿existen proveedores dispuestos a operar bajo condiciones de volatilidad económica y contratos públicos frecuentemente rezagados en pagos? Esta realidad limita severamente acceso a soluciones empresariales de clase mundial que países desarrollados consideran estándar. Argentina necesita cultivar ecosistema local de empresas tecnológicas capaces de operar bajo estas condiciones, reduciendo dependencia de soluciones internacionales vulnerables a fluctuaciones cambiarias.
La adaptación de prácticas DevSecOps y metodologías ágiles que el informe recomienda enfrenta en Argentina obstáculos adicionales: marcos regulatorios de contratación pública diseñados para adquisiciones tradicionales que dificultan metodologías ágiles, equipos técnicos reducidos por restricciones presupuestarias, fragmentación institucional que dificulta coordinación entre organismos. La traducción de estas prácticas requiere no solo ajuste técnico sino también reforma administrativa y regulatoria que trasciende alcance de proyectos tecnológicos individuales.
Sin embargo, las lecciones fundamentales del informe permanecen válidas: modernización debe ser proceso continuo guiado por objetivos de misión claros, no proyecto discreto impulsado por fascinación tecnológica. La resiliencia debe diseñarse desde el principio, no agregarse posteriormente. El talento humano es tan crítico como infraestructura técnica. La transparencia y explicabilidad algorítmica son imperativas para sostener confianza institucional. Los enfoques incrementales e iterativos superan dramáticamente a transformaciones radicales mal planificadas.
Para Argentina, el informe estadounidense funciona como alerta temprana y guía aspiracional simultáneamente. Revela que incluso potencias tecnológicas con presupuestos ilimitados enfrentan dilemas estructurales profundos en modernización de infraestructura crítica. Si Estados Unidos lucha con escasez de talento mainframe y resistencia cultural al cambio, Argentina debe anticipar estos desafíos magnificados y planificar estrategias de mitigación desde ahora. Las soluciones específicas diferirán necesariamente por restricciones de contexto, pero los principios subyacentes de planificación estratégica, inversión en capital humano, arquitectura resiliente y gobernanza transparente ofrecen roadmap valioso para cualquier administración que contemple modernización seria de infraestructura digital gubernamental.
Referencias
Instituto para Tecnología de Infraestructura Crítica (ICIT): https://www.icitech.org/post/the-future-of-government-data-ai-automation-mission-ready-modernization