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Kosmos y la nueva era de la ciencia autónoma

Generated Image November 06, 2025 - 1_33AM

Kosmos y la nueva era de la ciencia autónoma

El descubrimiento científico, en su forma más pura, es un acto de rebelión contra la ignorancia. Es un proceso lento, a menudo frustrante, que depende de la intuición, la paciencia y el escepticismo riguroso de la mente humana. Durante siglos, este ha sido un dominio exclusivamente nuestro. Hemos construido herramientas, desde el ábaco hasta el superordenador, que actúan como nuestras asistentes de laboratorio: calculan, almacenan y procesan. Pero la chispa de la curiosidad, la formulación de una nueva hipótesis o la evaluación crítica de una conclusión, eso siempre ha sido nuestro. Hasta ahora.

Un trabajo reciente, titulado "Kosmos: Un científico de IA para el descubrimiento autónomo", introduce una arquitectura de inteligencia artificial que no se contenta con ser un asistente. Aspira a ser un colega. Este sistema, bautizado como Kosmos, ha sido diseñado para emular y automatizar el ciclo completo del descubrimiento científico. No se limita a procesar datos a una velocidad sobrehumana; su verdadera novedad radica en su capacidad para participar activamente en el proceso intelectual de la ciencia. Kosmos puede leer la vasta biblioteca de la literatura científica existente, generar nuevas hipótesis comprobables a partir de ella, analizar datos para poner a prueba esas ideas y, lo más sorprendente, evaluar críticamente las afirmaciones encontradas en otras investigaciones.

Este salto conceptual es profundo. Estamos transitando de una IA que responde preguntas a una IA que aprende a formular las preguntas correctas y, lo que es más importante, a cuestionar las respuestas, tanto las propias como las ajenas. El documento de investigación, un esfuerzo colaborativo de un amplio consorcio de instituciones, presenta un agente autónomo que opera en un ciclo iterativo. Este ciclo es el corazón palpitante del método científico: una danza perpetua entre la observación, la conjetura, la experimentación y la validación. Lo que Kosmos propone es una automatización de esta danza.

Para el público no especializado, es crucial entender qué significa esto. Los modelos de lenguaje masivos (LLM), como los que impulsan a muchos asistentes virtuales conocidos, son extraordinarios en el manejo de la información existente. Son, en esencia, los bibliotecarios más eruditos y rápidos del mundo. Pueden resumir, traducir y conectar información. Pero Kosmos está construido para ir un paso más allá. Actúa como un agente, una entidad digital con la capacidad de decidir y actuar. En lugar de simplemente regurgitar información, Kosmos está equipado con un conjunto de "herramientas" conceptuales. Puede decidir "leer" (realizando una búsqueda en la literatura), "analizar" (ejecutando código para examinar datos) y, su función más avanzada, "evaluar".

Esta capacidad de evaluación es, quizás, la contribución más significativa del proyecto. La ciencia no avanza solo por las ideas brillantes; avanza por la corrección implacable de las ideas incorrectas. Este es el papel de la revisión por pares (la evaluación crítica que realizan otros expertos antes de que un estudio sea publicado) y de la replicación. Kosmos integra una forma de este escepticismo metodológico en su propio código. Puede examinar una afirmación en un artículo, comparar la interpretación del autor con los datos brutos presentados y emitir un juicio razonado sobre su validez. Esta es una forma de razonamiento de orden superior que, hasta hace muy poco, se consideraba una fortaleza inexpugnable de la cognición humana. El desarrollo de Kosmos sugiere que los muros de esa fortaleza, si bien no han caído, se están volviendo permeables.

La anatomía de una mente digital

Para comprender qué hace a Kosmos diferente, debemos mirar bajo el capó. El sistema no es una única IA monolítica, sino una arquitectura sofisticada que coordina múltiples componentes. Su base es, en efecto, un potente modelo de lenguaje masivo (LLM). Este motor le proporciona su fluidez con el lenguaje y su vasta base de conocimiento general. Sin embargo, este motor por sí solo sería, como hemos dicho, un bibliotecario, no un científico.

La transformación en un agente científico ocurre al dotarlo de herramientas y de la capacidad de decidir cuál usar y cuándo. Los investigadores que desarrollaron Kosmos no lo programaron con instrucciones rígidas del tipo "si pasa A, haz B". En su lugar, lo entrenaron para reconocer un problema, formular un plan de varios pasos y ejecutar ese plan de forma autónoma, aprendiendo de sus resultados.

El conjunto de herramientas de Kosmos es deliberadamente científico. La primera es la herramienta de búsqueda. Esta le permite conectarse a bases de datos de literatura científica, como PubMed u otros archivos de artículos. Cuando se enfrenta a una pregunta, su primer instinto no es "inventar" una respuesta basada en sus datos de entrenamiento estáticos, sino "ir a la biblioteca". Busca activamente el conocimiento humano publicado, permitiéndole trabajar con la información más reciente.

La segunda herramienta es la de análisis. Kosmos puede escribir y ejecutar código de programación (específicamente en Python) para realizar análisis de datos. Si un artículo presenta un conjunto de datos, Kosmos no se limita a leer el resumen del autor; puede tomar esos datos y volver a analizarlos. Puede calcular estadísticas, generar gráficos y verificar si los números respaldan las conclusiones textuales. Esta es la habilidad de un estadístico o un bioinformático competente.

La tercera y más revolucionaria herramienta es la de evaluación. Aquí es donde Kosmos se pone la bata de un revisor principal. Esta función no se limita a comprobar si los cálculos son correctos. El modelo fue entrenado para "pensar" como un científico escéptico. Sopesa la solidez de una afirmación frente a la evidencia proporcionada. Se pregunta: ¿es esta interpretación la única posible? ¿El tamaño de la muestra es suficiente? ¿Los autores están exagerando sus conclusiones? Esta capacidad de emitir juicios matizados sobre la calidad de la evidencia es lo que distingue a un verdadero investigador de un simple técnico de laboratorio.

El flujo de trabajo de Kosmos es, por tanto, dinámico. Un ciclo de descubrimiento podría comenzar con el sistema leyendo cientos de artículos sobre un tema, por ejemplo, la hibernación en los mamíferos. Durante esta lectura, identifica una brecha en el conocimiento o una contradicción entre dos estudios. Esto lo lleva a generar una nueva hipótesis. A continuación, utiliza su herramienta de análisis para extraer y examinar datos relevantes de esos mismos artículos, o de bases de datos públicas. Finalmente, utiliza su herramienta de evaluación para sopesar los resultados de su propio análisis, refinando su hipótesis. Este ciclo se repite, con el sistema profundizando y afinando su comprensión de forma autónoma.

1. Buscar

Lee y sintetiza literatura científica.

2. Hipotetizar

Genera nuevas preguntas comprobables.

3. Analizar

Escribe y ejecuta código para analizar datos.

4. Evaluar

Critica afirmaciones y valida la evidencia.

El laboratorio de pruebas: Kosmos en acción

Una arquitectura tan ambiciosa exige pruebas rigurosas. Los creadores de Kosmos lo pusieron a prueba en escenarios del mundo real, diseñados para medir su competencia científica. Uno de los estudios de caso más reveladores detallados en el artículo se refiere a la biología de la hibernación, un campo complejo que involucra miles de genes y metabolitos.

El desafío planteado a Kosmos fue investigar las adaptaciones metabólicas que permiten a los animales sobrevivir a temperaturas corporales extremadamente bajas. El sistema inició su proceso "leyendo" una gran cantidad de literatura científica sobre el tema. Utilizando su herramienta de búsqueda, examinó artículos sobre lipidómica (el estudio de las grasas y lípidos) en ardillas de tierra durante la hibernación.

El sistema se centró en una afirmación específica encontrada en un estudio. Dicho estudio sugería que un cambio "modesto pero coherente" en un tipo particular de lípido de la membrana celular (conocido como PUFA-PC) era un mecanismo clave de adaptación al frío. Un asistente de IA tradicional simplemente habría aceptado y reportado esta afirmación. Kosmos, en cambio, activó su módulo de evaluación.

El agente de IA procedió a realizar una revisión por pares de esta afirmación. Primero, extrajo los datos estadísticos brutos presentados en el propio artículo. Luego, aplicó su herramienta de análisis para reevaluar la significación estadística. Su conclusión fue sorprendente: el sistema determinó que, si bien había una tendencia, la diferencia "modesta" reportada por los autores no era estadísticamente robusta según los propios datos. Argumentó que el grupo de control mostraba un valor intermedio, lo que complicaba la interpretación de que el cambio fuera un mecanismo adaptativo claro.

Kosmos fue más allá. En su informe de evaluación, razonó que "sin más estadísticas, no está claro si esta diferencia es significativa". También cuestionó la interpretación biológica, señalando que "sin un análisis estratificado específico de los diferentes tipos de lípidos PUFA, no es posible evaluara esa parte concreta de la afirmación". Esta no es la respuesta de un motor de búsqueda; es el análisis crítico de un colega experto. El sistema demostró la capacidad de discernir un posible caso de "sobreinterpretación" por parte de los autores humanos, una de las habilidades más sutiles y valiosas en la ciencia.

Kosmos analizó los datos del artículo (Proporción de PUFA-PC) y descubrió que la diferencia era mínima y el control era intermedio, cuestionando la conclusión original.

El científico como revisor: la nueva frontera de la evaluación

La función de evaluación de Kosmos merece una exploración más profunda, ya que representa un cambio de paradigma. Históricamente, los esfuerzos en inteligencia artificial para la ciencia se han centrado en la generación. Hemos visto sistemas como AlphaFold de DeepMind predecir la estructura tridimensional de las proteínas, una hazaña generativa de inmenso valor. Hemos visto IA que generan nuevas moléculas candidatas a fármacos. Estas herramientas crean nuevas entidades o predicciones.

Kosmos, en cambio, introduce la crítica como una función central de la IA. ¿Por qué es esto tan importante? Porque la ciencia no es solo un motor de generación de hipótesis; es, ante todo, un filtro de eliminación de errores. Una hipótesis solo es valiosa si puede sobrevivir a intentos rigurosos y sistemáticos de refutarla.

La capacidad de Kosmos para actuar como revisor por pares es revolucionaria por varias razones. El sistema actual de revisión por pares humano, aunque es el estándar de oro, está sobrecargado. Los expertos dedican incontables horas de forma voluntaria a revisar el trabajo de otros, un proceso que puede ser lento e inconsistente. Un sistema como Kosmos podría actuar como un "super-revisor", proporcionando un análisis inicial increíblemente detallado y objetivo de cada artículo. Podría comprobar cada cálculo estadístico, verificar cada referencia cruzada y señalar cada instancia en la que los datos no respaldan plenamente las conclusiones.

Esto no eliminaría al revisor humano, sino que potenciaría sus habilidades. El experto humano podría entonces centrarse en los aspectos más elevados del juicio científico: la originalidad del trabajo, la importancia de la pregunta de investigación y las implicaciones conceptuales.

Comparación de las capacidades de razonamiento de Kosmos frente a los modelos de IA estándar en dominios científicos clave.

Además, esta capacidad de autoevaluación es crucial para la propia autonomía de Kosmos. Cuando el sistema genera sus propias hipótesis, no las trata como verdades. Inmediatamente, somete esas hipótesis a su propio mecanismo de evaluación interna. Se convierte en su propio y más duro crítico. Este bucle de retroalimentación interna (generar una idea y luego tratar de refutarla) es la esencia del pensamiento crítico. Al codificar este bucle, los investigadores han dado un paso vital para pasar de la inteligencia artificial (que procesa patrones) a una forma de cognición artificial (que razona sobre la validez).

Diálogo con el pasado: la máquina que lee la biblioteca de la ciencia

Ningún científico, por brillante que sea, trabaja en el vacío. La ciencia es una conversación acumulativa que se extiende a través de generaciones, registrada en millones de artículos. Uno de los mayores cuellos de botella de la ciencia moderna es la incapacidad humana para mantenerse al día. Un especialista en cáncer puede tener dificultades para seguir la literatura en su propio subcampo, y mucho menos para detectar un avance relevante en la ciencia de los materiales o la inteligencia artificial que podría resolver su problema.

La herramienta de búsqueda de Kosmos aborda directamente esta crisis de información. No se trata de una simple búsqueda de palabras clave. El sistema utiliza técnicas avanzadas de procesamiento del lenguaje natural para comprender el contexto y la semántica de la literatura. Cuando Kosmos "lee" un artículo, lo descompone en sus afirmaciones, la evidencia que las respalda y los métodos utilizados.

Esta capacidad permite al sistema hacer algo que ningún humano puede: sintetizar la totalidad del conocimiento publicado en un campo. Puede detectar patrones, conexiones y contradicciones ocultas en miles de artículos que ningún investigador individual habría leído jamás. Por ejemplo, Kosmos podría identificar que un compuesto químico descrito en un artículo de química de 1985 tiene propiedades que podrían inhibir una enzima descubierta en un artículo de biología de 2020, proponiendo así un nuevo tratamiento farmacológico.

Esta síntesis de la literatura es fundamental para la generación de hipótesis verdaderamente novedosas. Las ideas más transformadoras a menudo provienen de la polinización cruzada entre campos dispares. Kosmos, al no estar limitado por las especializaciones humanas, está en una posición única para actuar como el polinizador interdisciplinario definitivo.

El uso de lo que se conoce como generación aumentada por recuperación (un método que le permite "leer" y "recordar" información de una base de datos externa para fundamentar sus respuestas) garantiza que el resultado del sistema esté anclado en la realidad científica documentada. Esto reduce drásticamente el riesgo de "alucinaciones" (respuestas inventadas pero plausibles) que afectan a muchos modelos de lenguaje cuando se les presiona más allá de su conocimiento entrenado. Kosmos no inventa; lee, razona e infiere.

La orquesta de la ciencia y su nuevo director

La llegada de un agente como Kosmos no anuncia el fin del científico humano. Más bien, redefine su papel, elevándolo de técnico a estratega. Si la ciencia moderna es una orquesta inmensamente compleja, con miles de instrumentos (genómica, proteómica, análisis de imágenes, simulaciones), los científicos humanos han estado corriendo frenéticamente, tratando de tocar varios instrumentos a la vez.

Un sistema como Kosmos no es solo un instrumento nuevo y más rápido. Es el director de la orquesta. Tiene la capacidad de coordinar todas las otras herramientas, de leer la partitura completa (la literatura científica) y de asegurar que cada sección (búsqueda, análisis, evaluación) trabaje en armonía para producir un resultado coherente: el descubrimiento.

Las implicaciones científicas y tecnológicas son difíciles de exagerar. Podríamos estar en el umbral de una aceleración exponencial de la investigación. Problemas que actualmente nos llevarían décadas de lento trabajo de laboratorio, como desarrollar nuevos materiales para la captura de carbono, comprender las causas de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o descubrir nuevos antibióticos, podrían resolverse en años o incluso meses.

Áreas de impacto potencial donde la investigación autónoma podría acortar drásticamente los plazos de descubrimiento.

Kosmos y sus sucesores podrían ejecutar miles de ciclos de investigación virtual por día, formulando y refutando hipótesis a un ritmo inimaginable. Socialmente, esto nos obliga a hacernos preguntas profundas. ¿Cuál es el papel de la intuición humana si una máquina puede generar hipótesis más rápido y probarlas de manera más rigurosa? La respuesta probable es que el científico humano se convierte en el pastor de estas poderosas IA. El humano establece la dirección general, formula las "grandes preguntas" y actúa como el árbitro final de la importancia y la ética del trabajo de la máquina. La creatividad humana se centrará menos en el "cómo" (la mecánica del descubrimiento) y más en el "por qué" (el propósito y la dirección de la investigación).

El trabajo sobre Kosmos es un hito. No porque presente un modelo de lenguaje más grande, sino porque presenta un modelo de pensamiento más integrado. Es un sistema que no solo sabe, sino que sabe cómo saber. Al automatizar el ciclo completo del método científico, desde la lectura hasta la crítica, Kosmos proporciona un prototipo funcional de lo que podría ser el socio más poderoso que la humanidad haya tenido jamás en nuestra búsqueda interminable por comprender el universo.

Referencias

Mitchener, L., Yiu, A., Chang, B., Bourdenx, M., Nadolski, T., Sulovari, A., ... & White, A. D. (2025). Kosmos: An AI Scientist for Autonomous Discovery. arXiv:2511.02824v2 [cs.AI].

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