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Supabase y el fin de la programación tradicional

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Supabase y el fin de la programación tradicional

Cuatro meses. Ese es el tiempo que tardó Supabase en triplicar su valoración de dos mil millones a cinco mil millones de dólares. La empresa, fundada apenas en 2020 como un proyecto de Y Combinator que ofrecía una alternativa de código abierto a Firebase de Google, acaba de cerrar una ronda Serie E de cien millones liderada por Accel y Peak XV que la catapulta al olimpo de las compañías tecnológicas mejor valuadas del planeta.

La velocidad del ascenso resulta extraordinaria incluso en un ecosistema acostumbrado a hipercrecimiento. En septiembre de 2024, la corporación radicada en San Francisco, levantó ochenta millones en su Serie C con una valoración estimada de 765 millones por PitchBook. En abril de 2025 cerró una Serie D de doscientos millones valuada en dos mil millones. Ahora, en octubre, alcanza los cinco mil millones. Son 380 millones levantados en doce meses y un incremento de valoración superior al 500 por ciento. La empresa ha acumulado quinientos millones de dólares en financiamiento total.

Lo notable no radica únicamente en las cifras sino en el fenómeno que las impulsa. Supabase se ha convertido en la infraestructura de backend preferida para un movimiento que está redefiniendo el desarrollo de software: el vibe coding, ese enfoque donde cualquiera puede crear aplicaciones describiendo en lenguaje natural lo que desea mientras modelos de lenguaje generan el código automáticamente. Paul Copplestone, CEO y cofundador junto con Ant Wilson, observó cómo su base de usuarios se expandió de un millón a más de cuatro millones de desarrolladores en apenas un año, impulsados precisamente por esta ola.

El momento del vibe coding

El término lo acuñó Andrej Karpathy, cofundador de OpenAI y ex líder técnico en Tesla, mediante un tuit en febrero de 2025 que desencadenó debates acalorados en Silicon Valley y más allá. Karpathy describió un nuevo modo de programar donde uno «se entrega completamente a las vibras, abraza los exponenciales y olvida que el código siquiera existe». Su propuesta: construir proyectos o aplicaciones web sin codificar realmente, simplemente viendo cosas, diciendo cosas, ejecutando cosas y copiando y pegando, confiando en que herramientas como Cursor y Claude manejen los detalles técnicos.

La idea resonó inmediatamente. En marzo de 2025, Y Combinator reportó que el veinticinco por ciento de las startups en su cohorte de invierno tenían bases de código donde el noventa y cinco por ciento había sido generado por modelos de lenguaje. Plataformas especializadas como Lovable y Bolt emergieron permitiendo que personas sin conocimientos técnicos crearan aplicaciones funcionales en horas. Replit, Cursor y Claude Code se consolidaron como los entornos donde ocurría esta magia, y todos necesitaban un backend robusto que pudiera configurarse rápidamente y escalar sin fricciones.

Ahí es donde Supabase encontró su momento perfecto. La plataforma combina PostgreSQL con herramientas empresariales de código abierto para autenticación, APIs autogeneradas, almacenamiento de archivos y un toolkit vectorial necesario para aplicaciones impulsadas por modelos de lenguaje. Reduce la configuración de una base de datos compleja a unos pocos clics, eliminando exactamente la fricción que el vibe coding prometía suprimir en el frontend. Copplestone describe tres olas del movimiento. La primera afirmaba «nunca necesitarás más software». La segunda proclamaba «nunca necesitarás escribir código otra vez». La tercera, donde nos encontramos ahora, fusiona ambas ideas: cualquiera puede comenzar en su móvil, pasar a su portátil y escalar sin límites.

Aproximadamente el treinta por ciento de los nuevos usuarios de la plataforma se identifican como «constructores con herramientas generativas», término que Copplestone emplea para describir personas que aprovechan estos sistemas para desarrollo automatizado o asistido. Plataformas como Lovable y Bolt ejecutan sobre la infraestructura de Supabase, al igual que más de cien mil clientes que van desde el cincuenta por ciento de la última cohorte de Y Combinator hasta corporaciones como PwC, McDonald’s y Github Next.

Estrategia de crecimiento acelerado

La valoración explosiva no ocurrió por accidente. Accel ha liderado tanto la Serie D como la Serie E, señalando convicción profunda en la trayectoria de la empresa. Arun Mathew, socio de Accel, afirma que Supabase está «escalando con claridad y convicción mientras redefine lo que significa construir aplicaciones generativas», emergiendo como «la base de datos definitoria para la próxima generación de software».

Peak XV, el spinoff de Sequoia que lideró la Serie C, también colidera ahora la Serie E. Shailendra Singh de Peak XV explica que la firma ha realizado tres inversiones consecutivas en el último año, reflejando «convicción profunda en Paul, Ant, Rory y su equipo de liderazgo». Destaca que Supabase comenzó como PostgreSQL gestionado pero evoluciona hacia una compañía de plataforma cuya mentalidad centrada en desarrolladores la convierte en «habilitador crítico para cientos de miles de nuevas startups generativas globalmente».

La única incorporación institucional nueva en esta ronda es Figma Ventures. La participación no resulta casual. Copplestone admira públicamente a Dylan Field, CEO de Figma, y la cultura comunitaria vibrante que la empresa ha cultivado. Además, Supabase alimenta Figma Make, una herramienta de diseño impulsada por modelos generativos. La colaboración señala cómo los flujos de diseño y codificación modernos se entrelazan mediante ecosistemas de desarrolladores compartidos.

Copplestone rechazó deliberadamente ampliar el círculo de inversores pese a interés externo significativo. Su razonamiento es pragmático: «El futuro de Supabase, espero, es el resultado de cincuenta mil millones, cien mil millones de dólares. ¿Ese inversor extra te llevará ahí cuando no lo hubieras logrado de otro modo? ¿Añadirán cinco mil millones al tope? La matemática no es del todo cierta, especialmente cuando ya tenemos inversores que siento que podrán llevarnos allí, al menos por ahora».

Esta restricción estratégica sugiere madurez inusual. Muchas empresas en hipercrecimiento abren rondas indiscriminadamente, diluyendo propiedad y complicando estructuras de gobierno. Supabase mantiene un círculo cerrado, preservando alineación y simplificando toma de decisiones.

Innovación técnica y ambiciones enterprise

El nuevo capital financiará el desarrollo de Multigres, una versión de escala empresarial de la plataforma diseñada para aplicaciones grandes e intensivas en datos. Para liderar el esfuerzo, Supabase contrató a Sugu Sougoumarane, cocreador de Vitess, un sistema de escalado de bases de datos ampliamente utilizado. Sougoumarane se une a un equipo que incluye contribuyentes core de PostgreSQL, el cofundador de NGINX y fundadores de varias compañías de Y Combinator.

Esta concentración de talento en bases de datos y código abierto posiciona a la empresa para atacar cargas de trabajo empresariales complejas mientras mantiene la experiencia de desarrollador que la hizo popular. La premisa fundacional fue simple: los desarrolladores no deberían elegir entre velocidad y escala. Multigres busca demostrar que es posible construir aplicaciones funcionales en un fin de semana que escalen a millones de usuarios sin requerir una reingeniería completa de infraestructura.

Además, en un gesto poco convencional, Supabase reservó una asignación de la Serie E para que miembros de su comunidad de código abierto coinviertan junto a socios institucionales. Esta iniciativa refleja la mentalidad de «construir juntos, poseer juntos» que Copplestone considera central a la identidad de la empresa. Con cuatro millones de desarrolladores como usuarios declarados, permitir que algunos se conviertan también en accionistas genera alineación poderosa entre creadores y propietarios de la plataforma.

Optimismo cauteloso sobre el futuro del código

Copplestone mantiene visiones optimistas sobre una de las preguntas existenciales que rodean al vibe coding: conforme se facilita que cualquiera programe, ¿qué sucederá con la codificación y los empleos de desarrolladores? Su respuesta es matizada. «Los desarrolladores hoy codifican mucho, y creo que probablemente codificarán mucho menos en el futuro», reconoce, pero añade que estamos muy lejos de un día donde nadie necesite codificar en absoluto.

Esta perspectiva equilibrada contrasta con narrativas apocalípticas que predicen obsolescencia masiva de programadores o utopías donde todos crean software sin esfuerzo. La realidad emerge más compleja: las herramientas generativas automatizan tareas repetitivas, aceleran prototipado y democratizan acceso, pero la arquitectura de sistemas, el diseño de interacciones complejas y la depuración sofisticada siguen requiriendo comprensión profunda.

Kevin Roose del New York Times experimentó con vibe coding para crear varias aplicaciones personalizadas de pequeña escala, lo que él denomina «software para uno»: herramientas diseñadas para necesidades individuales específicas. Si bien pudo generar prototipos funcionales, notó limitaciones y errores, sugiriendo que el enfoque funciona mejor para proyectos de hobby que para tareas críticas. No obstante, reconoció que la codificación asistida permite a individuos desarrollar software que antes requería equipos de ingeniería completos.

La trayectoria de Supabase encarna precisamente esta transición. La empresa no promete eliminar desarrolladores sino empoderarlos radicalmente, reduciendo el tiempo entre idea y implementación de semanas a horas, de meses a días. Su explosión de valoración refleja apuestas de capital riesgo en que este paradigma no es transitorio sino estructural, una transformación profunda en cómo se construye software que apenas comienza.

Con una base instalada de más de cien mil clientes, ingresos proyectados en cientos de millones y una comunidad global fervientemente leal, Supabase ha pasado de ser una alternativa de nicho a infraestructura crítica para un ecosistema emergente. Si Copplestone logra su ambición de cincuenta mil o cien mil millones, habrá demostrado que en la era del vibe coding, las herramientas que facilitan la creación sin sacrificar potencia capturan valor masivo. El código puede estar cambiando, pero la necesidad de plataformas robustas que lo soporten permanece constante.

Referencias

Fortune. Exclusive: Supabase raises $100 million at $5 billion valuation as vibe coding soars. fortune.com

PRNewswire. Supabase Raises $100M at $5B Valuation, Co-Led by Accel and Peak XV. prnewswire.com

Orrick. Supabase Raises $100 Million Series E at $5 Billion Valuation. orrick.com

Investing.com. Supabase raises $100 million in Series E at $5 billion valuation. investing.com

FinSMEs. Supabase Raises $100M in Series E at $5B Valuation. finsmes.com

Venture Burn. Supabase Raises $100 Million Series E at $5 Billion Valuation Amid Vibe Coding Boom. ventureburn.com

Dataconomy. Supabase Raises $100m Series E, Valuation At $5b. dataconomy.com

IBM. What is Vibe Coding? ibm.com

MIT Technology Review. What is vibe coding, exactly? technologyreview.com

Lovable Blog. Vibe Coding: The Future of Software Development or Just a Trend? lovable.dev

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